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martes, 16 de abril de 2013

Working out my brain

Pues desde la semana pasada he tenido mucho trabajo...intentaré poner aunque sea videos y publicaciones de Facebook.

Temas pendientes:

  • Legalización de la marihuana en México
  • El (eterno) tema de las marchas del magisterio mexicano
  • La matanza de Columbine y sus masacres sucesoras
  • y ya... 

martes, 12 de marzo de 2013

El clasismo en México

Hace unos días platicaba con un viejo amigo que ha vivido en Canadá desde hace 4 años; en un momento la plática, por obvias razones, se enfocó en hacer comparaciones socio-económicas y socio-culturales entre nuestra patria y su actual lugar de residencia; me comentaba que en aquellos lares no hay distinción de clases sociales, que igualmente un mesero tiene el suficiente poder adquisitivo para comprar ciertos bienes exclusivos de algunas clases sociales en nuestro País aunque claro, estoy consciente que las condiciones políticas, económicas y culturales son distintas, sin embargo, la pequeña gran diferencia entre ellos y nosotros, los mexicanos, es que vivimos de apariencias.

Si bien es cierto que en el mundo del consumismo, la clasificación social existe en todas las naciones, en México, resalta la clase aspiracional, que no es más que adoptar ciertos hábitos de consumo que te permitan acceder a cierto medio y/o gremio ya establecido, por ejemplo, habitar en cierta zona de una ciudad.

Hace poco, leía que algunas personas pertenecientes a este medio aspiracional, destinaban hasta el 80% de su salario en la renta de un inmueble en la colonia Condesa, todo por formar parte de un gremio de "artistas" y "trabajadores independientes" que dan cierta "categoría" al lugar. Creo que un comportamiento como este, es derivado de la enorme exclusión de algunos grupos sociales, que es pobremente fundamentado en la apariencia y en hacer notorio que mantienen cierto estilo de vida.

Independientemente de lo anterior, pienso que México ya padecía de este problema hace tiempo (mucho tiempo), pues la desigualdad social basada en las apariencias ha sido tema de muchas y muchas generaciones, cosa que me parece que habla de la muy pobre educación y uso del criterio de los ciudadanos mexicanos.

Por último, quiero citar una frase que escuché a un ex candidato a la presidencia del País hace unos meses y que me pareció muy atinada: "El único igualador social es la educación", obviamente, las apariencias quedan en un segundo o tercer plano.

miércoles, 27 de febrero de 2013

El icono de la corrupción, al bote

No deja de sorprender la noticia que se difundió ayer sobre el arresto de Elba Esther, sin embargo, ya se habla de cortinas de humo, se compara con el "Quinazo", se dice que es un acto que busca legitimar a la figura presidencial, etc., etc., etc...

En mi opinión, me parece que las intenciones de este acto, más que buscar legitimidad o crear una cortina de humo, son regresar el poder al ejecutivo, es decir, durante 12 años de gobierno del PAN, el Poder Ejecutivo de la Nación fue rehén del Judicial y del Legislativo. ¿Esto es malo o bueno? No lo sé, sólo espero que las decisiones que se tomen durante este sexenio sean atinadas y en pro del desarrollo político, social y económico del País.

No nos apresuremos con vagas especulaciones, la acción ya se cometió, ahora esperemos la reacción.

martes, 26 de febrero de 2013

A favor del cambio de mentalidad...¡a quitarnos clichés y estereotipos que no nos corresponden!

El artículo que copio a continuación, lo escribió Diego Rabasa. Lo copio tal cual ya que me parecen muy interesantes 2 cosas que en este menciona:

1) La visión sobre nuestro País del columnista neoyorquino Thomas Friedman, que pese a la situación de violencia e inseguridad que se vive actualmente en México, asegura que seremos la potencia económica del Siglo XXI.

2) Diego habla sobre cambiar la mentalidad del mexicano promedio a través de la cultura y la educación y a esto solo puedo agregar ¡BRAVO!

El sábado pasado el columnista del The New York Times,Thomas Friedman, pronosticó que la economía más potente del siglo XXI será –agárrese de donde pueda– ¡México! Friedman no ignora la realidad de nuestro país –aunque para mi gusto no la dimensiona en su justa medida–, e incluso escribe “Todo lo que han leído sobre México es cierto: cárteles de la droga, sindicatos criminales, gobierno corruptos y una débil aplicación de la ley afectan al país”. 

A pesar de todo esto, el analista del prestigioso periódico neoyorquino, observa una pujante generación de profesionistas de alto nivel ingresando al mercado laboral y apunta cómo los 44 acuerdos de libre comercio que hemos firmado han hecho que hoy México exporte más bienes manufacturados que el resto de Latinoamérica junta, entre otros indicadores.

No es que nos venga mal en estos momentos una noticia que cambie un poco el tenor de las discusiones cotidianas que giran en torno a los apabullantes actos de corrupción en los estados, una imparable violencia, la ausencia de gobernabilidad en buena parte del territorio, etcétera. Sin embargo este tipo de análisis soslayan un asunto que han apuntado pensadores como Noam Chomsky o Morris Berman en el pasado: la crisis que estamos atravesando es tanto económica como espiritual e intelectual. La culpa la tiene tanto el individuo como las instituciones.

La encuesta nacional de lectura que se dio a conocer recientemente muestra cómo en el último sexenio los penosos índices que tenía nuestro país en hábitos de lectura cayeron aún más. En el DF, aunque la cosa es un poco mejor, menos del 30% de las personas visitan una librería al año.

Espacios como la librería Conejoblanco en la Condesa o la mítica librería el Parnaso en Coyoacán cerraron sus puertas para convertirse en restaurantes. 

Si queremos realmente forjar un futuro que no se parezca en nada al presente que padecemos me parece que no sólo tenemos que buscar obsesivamente atraer inversión extranjera directa, promover el desarrollo de las famosas start-up companies, etc., sino que debemos promover una mentalidad diferente del ciudadano promedio de este país.

Así como dice Friedman en su artículo que “los mexicanos han entendido que la violencia relacionada con la droga es una condición con la que se tiene que lidiar y que se tiene que combatir pero que ya no los define”, debemos de ser capaces de dejar atrás esos viejos estereotipos del mexicano poco culto, conservador, pasivo ante los atropellos institucionales, sin sentido de comunidad, anestesiado ante el poder transformador de la cultura, y promover desde la célula más pequeña de toda sociedad, la del individuo, un cambio que nos permita aspirar a un porvenir diferente.